Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silenso, el suelo sin milagro y oficinas vacías, como el último desierto. Y si observan la pampa y la imaginan en tiempos de la industria del salitre, verán a la mujer y la fogon mustio,al obrero sin cara,al niño triste. También verán la choza mortecina, la vela que alumbraba su carencia, algunas calaminas por paredes, y por lecho,los sacos y la tierra. También verán castigos humillantes, un cepo en que fijaban al obrero, por días y por días contra el sol, no importa si al final se iba muriendo. La culpa del obrero muchas veces, era el dolor altivo que mostraba: ¡Rebelión impotente una insolencia! La lay del patrón rico es ley sagrada. También verán el pago que les daban, dinero no veian,sólo fichas,una por cada día trabajador, y aquélla era cambiaba por comida. Cuidado con comprar en otras partes.De ninguna manera se podia, aunque las cosas fuesen más baratas. Lo habia prohibido la oficina. El poder comprador de aquella ficha habra ido bajando con el tiempo, pero el mismo jornal seguian pagando. Ni por nada del mundo un aumento. Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silenso. Y si observan la pampa cómo fuera, sentiran ,destrozados,los lamentos.