Pierdo el tiempo pensando en lo esencial que a veces dejo pasar. ¡Cuántos instantes he ignorado ya capaces de haberme cambiado! Y no hay oración capaz de decidir por mí. ¡Oh, señor!, no queda otra opción y jamás me vuelvo a arrepentir. Siempre hay una disyuntiva ante la cual siempre hay que elegir, no queda otra alternativa rápidamente hay que decidir. Y no hay oración capaz de decidir por mí. ¡Oh, señor!, no queda otra opción y jamás me vuelvo a arrepentir. Y no hay oración capaz de decidir por mí. ¡Oh, señor!, no queda otra opción y jamás me vuelvo a arrepentir ...