Estamos de pie, muchachos, a la orilla del incendio que se quema en las mentiras de la generación, y la nave naufraga en los odios, por odiar, no más. Hoy es viernes de agosto, muchachos, y no hay luna en el azul de los futuros que vendrán a caminarnos por dentro de lo sucio que alimentamos, sin querer alimentar. Soy, somos, son y fueron... hay miles, y habrá cientos, que buscarán, ante todo en la calle o al final del recodo: lo que dá fuerzas, lo que aviva, y esa luz, quizás...