Te recuerdo muy bien en el Chelsea Hotel. Nunca comías perdices. Ángel del infierno, siempre corcel, las limusinas echaban raíces. Queríamos ser ricos, ir a Nueva York, nuestro nombre en lo alto del cartel. Hippies, beatniks, y obreros del rock, llegamos formando un tropel. Y contando hasta tres, saltaste del tren cuando iba más rápido. Contaste hasta tres y no te oí decir: \"te añoro\" \"no te añoro\" \"te añoro\" \"no te añoro\" Estábamos todos ‘colgaos'. Te recuerdo muy bien en el Chelsea Hotel. Los placeres no eran obscenos. Amabas a todos a flor de piel. Me dijiste que no iba a ser menos. La belleza era así, tan cruel como fiel. En tus sueños todo era posible. Escucha, dijiste, como un cascabel la música nos hará libres. Y contando hasta tres, saltaste del tren cuando iba más rápido. Contaste hasta tres y no te oí decir: \"te añoro\" \"no te añoro\" \"te añoro\" \"no te añoro\" Estábamos todos 'colgaos'. Tampoco es que hiciera mi mejor papel. A veces me consumo en la noche. Te recuerdo muy bien en el Chelsea Hotel. Abajo aún te espera el coche.