歌曲 | La Inocencia |
歌手 | Luis Eduardo Aute |
专辑 | Aire |
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A estas intempestades de la travesía, | |
con viento en proa y sin cuaderno | |
de bitácora al timón, | |
quiero creer que aún existe algún vigía | |
que espere, tras el horizonte, | |
una asombrosa aparición. | |
Porque si es cierto que no quedan singladuras | |
que lleven a otros faros lejos | |
del tesoro en el arcón, | |
pongamos rumbo al puerto de las sepulturas | |
donde reposa la otra luz, | |
la que dio vida al corazón... | |
Porque vivir | |
no es más que inconfesada delincuencia | |
cuando no queda ni la incandescencia | |
del fuego que fue | |
la inocencia, la inocencia... | |
Y cuando la mirada es sólo un catalejo | |
para viajar por laberintos | |
donde el dato es religión, | |
aún creo en la pregunta que hay tras el espejo | |
en donde se produce la osadía | |
de la Reflexión. | |
Porque si es cierto que sólo existe lo cierto | |
Y que los sueños son un aire | |
que le dio a la sinrazón, | |
levantaré una gran columna en el desierto | |
para soñar que soy un sueño | |
y que los sueños, sueños son... |
A estas intempestades de la travesi a, | |
con viento en proa y sin cuaderno | |
de bita cora al timo n, | |
quiero creer que au n existe algu n vigi a | |
que espere, tras el horizonte, | |
una asombrosa aparicio n. | |
Porque si es cierto que no quedan singladuras | |
que lleven a otros faros lejos | |
del tesoro en el arco n, | |
pongamos rumbo al puerto de las sepulturas | |
donde reposa la otra luz, | |
la que dio vida al corazo n... | |
Porque vivir | |
no es ma s que inconfesada delincuencia | |
cuando no queda ni la incandescencia | |
del fuego que fue | |
la inocencia, la inocencia... | |
Y cuando la mirada es so lo un catalejo | |
para viajar por laberintos | |
donde el dato es religio n, | |
au n creo en la pregunta que hay tras el espejo | |
en donde se produce la osadi a | |
de la Reflexio n. | |
Porque si es cierto que so lo existe lo cierto | |
Y que los sue os son un aire | |
que le dio a la sinrazo n, | |
levantare una gran columna en el desierto | |
para so ar que soy un sue o | |
y que los sue os, sue os son... |
A estas intempestades de la travesí a, | |
con viento en proa y sin cuaderno | |
de bitá cora al timó n, | |
quiero creer que aú n existe algú n vigí a | |
que espere, tras el horizonte, | |
una asombrosa aparició n. | |
Porque si es cierto que no quedan singladuras | |
que lleven a otros faros lejos | |
del tesoro en el arcó n, | |
pongamos rumbo al puerto de las sepulturas | |
donde reposa la otra luz, | |
la que dio vida al corazó n... | |
Porque vivir | |
no es má s que inconfesada delincuencia | |
cuando no queda ni la incandescencia | |
del fuego que fue | |
la inocencia, la inocencia... | |
Y cuando la mirada es só lo un catalejo | |
para viajar por laberintos | |
donde el dato es religió n, | |
aú n creo en la pregunta que hay tras el espejo | |
en donde se produce la osadí a | |
de la Reflexió n. | |
Porque si es cierto que só lo existe lo cierto | |
Y que los sue os son un aire | |
que le dio a la sinrazó n, | |
levantaré una gran columna en el desierto | |
para so ar que soy un sue o | |
y que los sue os, sue os son... |